Dicen que las "princesitas" son "brujitas" que enamoran, y que los enamorados son "principitos" "embobados"; ¡se dicen tantas cosas!,... ¿verdad?. Uno no sabe si el mundo en el que vive es real o inventado, o peor aún, la duda sobre si los reales o imaginarios somos nosotros mismos.
Cuando la mente inventa es una "factoría de burbujas"; pompitas de creativa imaginación capaz de crear mil mundos en éste, donde uno se evade cuando quiere y como quiere; aún a riesgo de quedar perdidos, como astronautas, pero en un espacio sideral de locura. Cuando la mente se transporta hasta ese espacio sideral de locura, ese astronauta que es nuestro YO, ingrávido, queda perdido y fuera de la tierra,... estando en ella.
La mente humana, ese timonel de la nave que somos, nos lleva a navegar por plácidos mares conocidos pero también, por tenebrosos e ignotos mares. En un mundo con prisas los cuerdos no tienen tiempo para dedicar a sus hermanos "locos",... "están demasiado ocupados en perder la cordura que aún les queda".
Mentes que son capaces de generar la ambivalencia de sentir satisfacción y, al mismo tiempo, de sentir dolor. Vivir con una mente en lucha contra sí misma,... "un timonel que va dando bandazos".
Un mundo avanzado, que se muestra escandalosamente atrasado en los diagnósticos y tratamientos de los enfermos mentales, es un mundo fracasado. Un mundo que ve a otros seres humanos que tienen estos problemas, como una carga o lastre es un mundo, indudablemente, loco y deshumanizado.
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