miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Somos tontos o quizás lo llegamos a creer, a base de que los políticos nos traten como tales, ... constantemente?





¿Realmente es tan difícil ver los problemas del ciudadano de a pie?. Una persona que tiene la suerte de contar con trabajo, cuenta con un ciclo económico mensual, y que normalmente va del cinco de un mes al día cinco del mes siguiente. Dentro de ese acotamiento temporal, la mayoría de los ciudadanos españoles organizamos la economía familiar. Ahora bien, si caemos en la desgracia, - nada inusual -, de caer en el paro, pasamos a cobrar la prestación los días diez de cada mes. Si tienes una hipoteca, que religiosamente te pasan al cobro el día tres o cinco de cada mes, te encuentras con la dificultad de que te quedas al descubierto en la entidad financiera, porque la prestación no te llega hasta el día diez, y muy posiblemente la cuantía de esta no cubra todo el importe de la cuota hipotecaria. ¿Qué ayuda es aquella que llega tarde?, ¿qué justicia es aquella que no se imparte con celeridad?. Los políticos se esfuerzan en parecer cercanos cuando se acercan los períodos electorales, se despojan de las chaquetas y las corbatas; en sus mítines televisados se pueden ver personas jóvenes sentadas tras ellos, cuando exponen en la tarima; pareciera que realizan el Camino de Santiago, a destiempo, recorriendo los pueblos de España. Nada nuevo les cuento, todos sabemos de este hipócrita ritual. En contrapartida a lo expuesto inicialmente, se ha promovido el cambio normativo para que las diputadas que estén de baja por motivos de gestación, maternidad o por los casos generales de paternidad o enfermedad grave, puedan votar a distancia, y así no perjudicar a sus respectivos partidos cuando existan votaciones. Los políticos sí hacen este esfuerzo legislativo cuando les atañe a ellos, que son una ínfima minoría, pero no parecen ser capaces de cambiar la legislación que fuera necesaria para ayudar a una gran mayoría de ciudadanos españoles que tienen la desgracia de estar en el paro, y promover que cobren el día cinco de cada mes en vez de los días diez, como se viene haciendo habitualmente, por ejemplo.


Otro ejemplo más: si la declaración de Hacienda te sale a pagar, el pago deberá hacerse dentro de los plazos que determine la normativa reguladora del tributo o, en su defecto, la normativa recaudatoria. El vencimiento del plazo establecido para el pago sin que éste se efectúe, determinará el devengo de intereses de demora. Es decir, si te toca pagar, el último día es el 30 de junio (por Ley), pudiendo aplazarlo, traduciéndose esa posibilidad en abonar el 60% el 30 de junio, - como último día -, y el 40% restante en el mes de noviembre. Ahora bien, si te toca a devolver, - y devolver no significa una dádiva, ni un acto altruista de la Administración, sino reingresarte lo que te retuvieron de más -, la Administración Tributaria tiene hasta el 31 de diciembre para devolverte. ¡Fantástico!, con la declaración a devolver queda claro que me han retenido dinero de más, pero el Estado puede tomarse hasta seis meses para devolverme, - por Ley -.


El Estado no cuida la mínima unidad económica de cualquier país: la familia.


Debiera promover, el propio Estado, que las entidades financieras vieran saldadas sus deudas, ante cualquier ciudadano que no pueda hacer frente a la hipoteca, con la sola entrega del inmueble. No es justo que los financieros, y grandes responsables de la crisis económica, no sólo no paguen por ello, sino que además desangran económicamente al ciudadano después de verse despojado de un techo bajo el cual vivir. ¿Cómo se va a mover la economía, cuando las pequeñas empresas cierran debido a que las familias consumen mucho menos, asfixiados por las hipotecas, la precariedad laboral o la total falta de trabajo?.








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