sábado, 14 de junio de 2014

¡Con toda la mano abierta!

España 1 - Holanda,... Un saco





Cinco goles quería Holanda y cinco goles marcó, porque cinco son los dedos de la mano y todos son importantes,... Para una bofetada con toda la mano abierta. Había expectación ante el partido entre España y Holanda; y las expectativas quedaron sobradamente colmadas. Hubo espectáculo, hubieron muchos goles, desconcierto, sorpresa, y al final, ... Hasta incredulidad. Mientras España jugaba al enhebrado de agujas, con su toque, toque y su toma, toma; Holanda, como pantera harta de que le tocaran los bigotes, se dedicó a dar certeros zarpazos a la cada vez más rosa,... Escuadra roja.

En esta ocasión, incluso, nuestro formidable  Casillas; que tanto y a tantos ha deleitado con parar lo imparable,... Se permitió el lujo de obsequiarnos contribuyendo a marcar un gol. Nuestra inexistente defensa llevó a la delantera holandesa, a la sobredosis orgásmica... Al paroxismo multiconvulsivo. Bien parecía que los abucheos a Diego Costa, hicieron que a todos les temblara las rodillas, menos a él; pero un equipo es tal, por la conjuntación de todos y no por la gallardía o buen hacer de uno, o unos pocos.

Esto, a fin de cuentas, es tan sólo un deporte, llámese fútbol o balompié. Lo que acaba de ocurrir en el primer partido de España es la explosión irracional, por hacer de un deporte - en este caso, el fútbol - algo tan extremadamente mediático y politizado,...Hasta el punto de que una nación se sonroje por sentirse "ultrajada", ¡y otra!... Se sienta eufórica, como si estuvieran rememorando la victoria sobre los Tercios de España.

El espectáculo en este mundial de fútbol no está en la maravilla colectiva de ninguna selección, ni en las individualidades de ninguna estrella mediática por mucho que estas sean Ronaldo; Messi; Neymar; Diego Costa o quién sea. El bochornoso espectáculo lo dan los dirigentes de Brasil, que ofrecen caviar y champán a sus visitantes mientras, mezquinamente, no quieren o son incapaces de dar a sus hijos pan, techo, sanidad, educación e ilusiones de futuro. Igual de bochornosa es nuestra complicidad - la mía, la primera - por asistir como espectadores cómplices, a esta vergonzosa y vergonzante ignominia. 

El Nerón de los cariocas toca la lira mientras Brasil arde en el backstage del pomposo acto inaugural, y tras los vítores a los gladiadores del cuero y calzón corto, en los costosos estadios. Mientras que en España estamos hartos de las conniventes imposiciones "merkelianas", no parece que nos veamos en el dolido y doliente sufrir de la desigualdad social que aqueja al "hermano y ciudadano llano de Brasil". En este mundial no sólo juegan las reconocidas y afamadas selecciones de Brasil, Holanda, Inglaterra, Argentina o España, entre otras; también juega una selección, más potente y demoledora que todas ellas juntas...La de los ciudadanos del mundo; una selección que para ganar tan sólo le es suficiente: apagar la radio, dejar de ver la televisión, desconectarse de Internet y la prensa escrita, al menos, por el tiempo que dure el mundial. 


Aún así, y con todo,... La selección española de fútbol seguirá dando espectáculo, para bien o para mal.



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