viernes, 11 de abril de 2014

Hipocresía Institucional






Leopoldo María Panero Blanc



El 16 de junio de 1948 nacía en Madrid, Leopoldo María Panero Blanc; falleciendo éste el pasado 5 de marzo de 2014 en Las Palmas de Gran Canaria. Poeta, narrador, ensayista y traductor. Encuadrado en la poesía española contemporánea dentro del grupo de los novísimos. En los años 70 fue ingresado por primera vez en un psiquiátrico, sin que esas repetidas reclusiones le impidieran desarrollar una copiosa producción literaria. El 5 de marzo de 2014 fallece en la Unidad Psiquiátrica de Las Palmas de Gran Canaria.

Don Leopoldo no estuvo recluído de forma permanente en la Unidad Psiquiátrica de Las Palmas, siendo posible verlo en diferentes lugares de la ciudad, en terrazas o bancos de algún parque capitalino, con su eterno cigarrillo entre los labios. Un lugar muy frecuentado por él fue la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y en concreto, el Campus del Obelisco, donde están los Edificios de Humanidades y Formación del Profesorado; además de Teleformación.

Quiénes no lo conocían o reconocían, muy fácilmente podían ver en él a un indigente más - aunque siempre llevaba su cartera en el bolsillo y abonaba sus consumiciones -. Es muy frecuente ver a los vigilantes de seguridad del Campus acercarse a los usuarios del mismo, para informarles de la prohibición de fumar en todo el recinto. En los momentos que don Leopoldo se dejaba ver por el Campus, más se complicaba la tarea de los vigilantes a la hora de informar de la prohibición; porque existían "instrucciones," no escritas, de obviar a don Leopoldo - una deferencia "en la sombra" ante su reconocida trayectoria literaria -. Don Leopoldo se convirtió en un "intocable", y la seguridad del recinto recibía el reproche razonable de quiénes eran abordados por estar fumando en el recinto, que esgrimían ser objeto de agravio comparativo,... Y hacían alusión a don Leopoldo Panero. En otras ocasiones, los vigilantes eran requeridos ante el hecho de que alguien estaba haciendo sus necesidades fisiológicas (aguas menores) en pleno patio de Magisterio, o que en un acto o evento interno, un señor con mal aspecto se había "colado" en el ágape dispuesto a tal fin y, hacía "feo" en el contexto de la situación.

Obviamente, la seguridad del recinto, era conocedora de la enfermedad de don Leopoldo Panero y, nunca se observó ninguna situación desagradable porque, entre otras cuestiones, don Leopoldo nunca se mostró "violento" y siempre acataba las indicaciones de los vigilantes, que lo abordaban con una condescendencia positiva y grandes dosis de empatía.

Muy posiblemente, aún dentro de su afectación mental, don Leopoldo veía en el Campus del Obelisco un refugio, pues fuera de él, en cualquier otro lugar de la vía pública, era un marginado más, un ser humano caído en desgracia al cual, en el mejor de los casos, dejaban el paz,... O era, simplemente, invisible. En mi opinión, la condescendencia institucional universitaria que se tuvo con él no tuvo nada que ver con lo humano, sino en el hecho de que era políticamente incorrecto obrar de forma diferente, respecto a él,... ¿No es esto hipocresía?.





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