domingo, 30 de agosto de 2015

¡El segurita!, como usted lo llama.








No menosprecie su trabajo, además, es un trabajador (trabajadora) cuya razón de ser está en las carencias que usted tiene, en sus necesidades. ¡Ésos, los seguritas!, como usted los llama, están para todo lo incómodo o engorroso que usted no quiere hacer, no sabe hacer, le da miedo o reparo hacer,... en una sociedad huérfana de civismo, solidaridad y respeto.

A ellos, los "seguritas", muchas veces los vemos en centros de salud, en hospitales o en centros sanitarios de urgencias; imagine usted este tipo de dependencias, en una sociedad incívica, irrespetuosa e insolidaria, sin esos "seguritas" que usted nombra con inconfundible desdén. Imagínese usted en una sala de espera de un servicio de urgencias, espera que te espera, y desesperado/a por un acuciante dolor lumbar, de muelas, por fuertes vómitos o lo que sea y que, en un momento dado, con la sala abarrotada, llega una persona con actitud agresiva y manifestando que quiere pasar ya porque quiere un tranquimazin, sin respetar lo que le dice el/la celador/a, crispando el ambiente y con claras pretensiones de querer saltarse todo orden, para entrar y que le den lo que quiere,... Todo el mundo mira para el segurita, al que muy probablemente ni le dieron las buenas horas cuando entraron en el recinto, para que interceda y zanje tan engorrosa situación, a la que nadie puso tope o acote, con un simple: "disculpe señor, todos estamos antes que usted y deberá esperar su turno"; esas intervenciones de los propios usuarios - hipócritamente - sólo se dan cuando el que pretende la transgresión no infunde ningún tipo de temor.

Conforme a lo anterior, otros ejemplos, dentro del contexto relatado, lo tenemos con las personas que acuden o son remitidas a estos centros en estado de ebriedad, o porque a la salida de una discoteca dos se agredieron luego, imagínese usted, cuando estos dos concurren en el mismo centro de urgencias para que le hagan las curas pertinentes, y que suelen ir con sus respectivos acompañantes. Trate usted de ponerse en la piel del "segurita", cuando él solo deberá ingeniárselas para que las partes en conflicto no entablen una batalla campal en el centro sanitario.

El denostado trabajador de la seguridad, el vigilante de seguridad, al que usted llama segurita, está muchas veces para afrontar todas estas y muchas otras situaciones desagradables más; porque el respeto en la sociedad hace mucho que desapareció y ya, tan sólo para llamar al orden a alguien o reprobar actitudes y comportamientos incívicos usted,... necesita a un "segurita",... Y lo contrata a través de una empresa de seguridad, porque usted no quiere estos engorros, porque le da miedo afrontarlos, porque sabe que hoy no hay justicia ni orden, y no quiere que le "partan la cara o le rayen el coche" por haber corregido la actitud de un antisocial.

A estos "seguritas" que usted quiere tener a su lado, en el ejemplo relatado de la sala de urgencias; a esos mismos, usted los aborrese y humilla cuando se los encuentra en una macrofiesta, cumpliendo las funciones de su habilitación y el plan de seguridad establecido, le resulta incómodos porque le pone restricciones de accesos, porque le puede sorprender en los aseos trapicheando con drogas, cortándote el rollito sexual en lugar público, porque estás con tu entusiasmo etílico y vas de pejiguera con la chica de la barra, a la que pareces considerar como parte del derecho a una consumición gratis.

El "segurita" tiene un trabajo miserable; desagradable de llevar a cabo, desprotegido física y "jurídicamente", no reconocido socialmente e insultantemente remunerado. La formación, las facultades físicas y psicológicas que tienen estos trabajadores para llevar a cabo sus cometidos están legisladas, y la realización del trabajo está sujeto a autorización administrativa, a través de la correspondiente habilitación del Ministerio del Interior. Visto esto, aún así, el atrevimiento de su ignorancia lo lleva a usted a decir que no están preparados, que no tienen formación y que, muchas veces, son unos policías frustrados. 

Imagine usted - haga un esfuerzo de imaginación - a un policía nacional que ha de vigilar el Mercadona, y a un vigilante de seguridad que ha de vigilar el Hiperdino que está a 200 metros del anterior comercio. ¿Dónde cree usted que irá a realizar sus fechorías el delincuente de baja intensidad, el hurtador, el que va a los comercios a comer lo que pilla y a no abonar por ello?; me lo imaginaba, ha apuntado usted al Hiperdino, ¿verdad?

El policía, el agente de la autoridad, tiene el 80% de la complicación del trabajo - delincuencia de baja intensidad - solventada por sólo estar investido del carácter de agente de la autoridad. Si usted agrede al policía nacional del Mercadona, aunque sólo lo empuje levemente, comete un delito; sin embargo, si usted hace lo mismo con el vigilante de seguridad del Hiperdino, no sólo no es lo mismo, sino que además contribuye a la impunidad, y a que estas acciones se sigan repitiendo. Me gustaría saber de algún caso en el que alguien, alguna vez, fue policía nacional y que, hoy, por circunstancias de la vida lo hace como vigilante de seguridad: desamparado física y "jurídicamente", sin reconocimiento social y remunerado inadecuadamente,... Destinado sólo, en un aislado puesto de vigilancia.

Reflexione sobre esto, o trate de imaginar una sociedad en la que no existan vigilantes de seguridad: aeropuertos, el metro, hospitales, ayuntamientos y otras entidades públicas, eventos públicos de todo tipo - sobre todo en el fútbol- en las universidades... etc

Por favor, respétenos... y valore nuestro trabajo.






.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con el comentario, menos con la imagen del Vigilante de Seguridad que nos representa en este articulo, al no cumplir con la uniformidad, portando en el uniforme cosas que en esa empresa y otras, no estan permitidas y son causas de sancion, no encuentro la logica de que a otros compañeros han cido sancionados por poco menos en relacion a uniformidad, y a este otro saliendo en todos los medios informativos, su empresa o seguridad privada, se lo permita.

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que me hace gracia ver como «profesionales de la seguridad» se erigen como salvadores de los problemas de la sociedad en general. Para comenzar la mayoría sois unos polis fracasados, que no han querido prepararse unas duras oposiciones, siendo mas fácil hacer un cursillo, hacer las pruebas para la habilitacion y despues que te contraten.

    Lo segundo, que vositros no prestais servicios al interes general, solo a la empresa que os paga, por lo tanto esa objetividad de la que quieres hacer gala está sesgada.

    Tercera, estoy harto de oir como gente competente que hubiese sido un buen policía ha dicho «para las ostias estais vositros,..yo cuando se lia os llamo»...en fin, que no os las deis de profesionales salvadores y servidores de la sociedad, ya que los únicos legitimados para ejercer funciones de seguridad PUBLICA son los miembros de la Policia, ...seguridad publica, que vela por el mantenimiento del disfrute de de los derechos constitucionales...no de aquellos que si pagan si estas protegido, y si no no lo estás...además, quien va a jugarse la vida realmente cuando suena una alarma ? LA POLICIA, asi que dejad de haced demagogia ya...sin contar de aquellos vigilantes de seguridad tan valientes que se exceden de sus tareas,...como los registros personales...sí sí..pedir a una persona que ensele el bolso es un registro personal..y por meras sospechas solo está legitimada la policía

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es de agradecer que expongas tu pensar pues este blog, desde la educación y el respeto, es un espacio democrático, libre y plural. Dejas muy claro que no tienes muy buena opinión de los vigilantes de seguridad pero sólo es eso, tu opinión. Lo vigilantes de seguridad no son policías frustrados, ni médicos cirujanos frustrados, o ingenieros frustrados; son vigilantes de seguridad.

      Debiera usted saber, comunicante anónimo, que somos auxiliares de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Debiera usted saber que los vigilantes de seguridad prestan, también, sus servicios en entidades públicas: ayuntamientos; cabildos; establecimientos penitenciarios; recintos militares; aeropuertos y un largo etcétera ... Y en todos esos sitios públicos, dentro del contexto legislativo que nos ampara, realizamos un servicio público.

      Le sugiero, anónimo opinante, lecturas en materia jurídica sobre seguridad privada. Deduzco, por el enfoque que da usted a sus opiniones, cierto rechazo hacia la seguridad privada, y con clara tendencia a la generalización y, sobre todo, bajo un absoluto y manifiesto desconocimiento sobre los vigilantes de seguridad y sobre la seguridad privada en general.

      Eliminar

Tus opiniones, a favor o en contra, son siempre bienvenidas; sólo pido corrección y respeto. Gracias.