viernes, 10 de noviembre de 2017

... ¡Ponte el cinto, que te pilla la policía!

¡PONTE EL CINTO, QUE TE PILLA LA POLICÍA!






No, esta frase no se propone para su análisis sintáctico; se expone para la reflexión sobre su contenido. ¿Cuántas veces te ha pasado que alguien al subir al coche, pronuncia este mantra?, ... Imagino que a todos nos ha pasado alguna vez.

Pero, vamos a analizar un poco el contenido de la frase y quedémonos con "que te pilla la policía". Es como si en nuestro subconsciente tengamos muy arraigada una enorme cultura de lo coercitivo y que somos como niños "traviesos" de antaño,  a los que les daban capones y sablazos con la regla del maestro, "cuando se portaban mal". ¿Por qué tenemos esta mentalidad tan de irresponsables, o de estupidez, y vemos el uso del cinturón de seguridad como una imposición?

Pues así es, en nuestro acervo cultural, "el cinturón de seguridad está para que no te pille la policía" y en relación con ello y, como jocoso ejemplo, podemos inventarnos que un grupo de atracadores de bancos ya no necesitarían reclutar a un avezado conductor ni un vehículo de gran cilindrada para la huida, sería suficiente cualquier conductor y, que se ponga el cinto, ... Para que no los pillen la policía.










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