Cada día muero a tiempo parcial,
en el día hay momentos en los que
me alejo de este mundo, aunque mi
cuerpo, como una piedra, ... aquí siga.
Cada día hay que desconectar un poco,
mandar el Alma a hibernar para que el dolor
no termine por causarme ... la muerte eterna.
Cada día busco un momento en el que me convierto en nada, para no sentir ni padecer, para que la ansiedad no me devore de un infarto.
A veces pienso que soy una bomba de relojería,
a la que sólo le falta poner el reloj en la hora fatal.
A veces me imagino como un incontrolado, ... sin temor a la Ley de Dios, ... y mucho menos
a las del hombre.
Mi mente necesita descansar, ... la locura asecha tras las ventanas de mis ojos, arañando mis pupilas ... pidiendo a gritos entrar en mi mente.
Soy un loco y un disidente, ... enfermo por no comprender eso de que cada cual ha de aguantar su dolor, enfermo de tener los ojos abiertos y el corazón golpeado por el sufrimiento ajeno.
Enfermo de ver normal
lo anormal, de ver lo real como
algo irreal.
Cada día muero a tiempo parcial, ...
cada día está más cerca el final.
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