Una Andalucía bicéfala
Lo barato sale caro, la vergüenza hace mucho que se perdió y la dignidad, seguramente, se haya sepultada en alguna fosa común, junto a la decencia; la justicia; la humanidad y el buen sentido.
Se hace necesario, para quiénes busquen trabajo o lo quieran matener, - a tenor de las bofetadas que da la realidad - el estar actualizados en cursos cuya didáctica verse sobre la sumisión; el nepotismo y en estar duchos en propinar, metafóricas puñaladas.
Hubo un tiempo en el que existieron los empresarios que, contenidos por una aceptable - aunque, siempre mejorable - legislación laboral y por una adecuada protección jurídica en el orden de lo social, estaban en un cierto equilibrio de fuerzas con los trabajadores,... Que también existieron hace tiempo. Esas barreras de contención fueron cayendo progresivamente; los empresarios se convirtieron en explotadores y los trabajadores en explotados; luego en esclavistas y esclavos,... Como es el caso de la realidad presente.
El esclavista busca carne que embutir en un uniforme, o en un rol determinado y concreto; no quieren a quiénes protestan, a los disidentes y, mucho menos, a los librepensadores. Hoy, para ser agraciado y estar agradecido, se ha de caer en la pobreza tras haberlo perdido todo y así, sólo así,... estar prestos a dar reverendas gracias a quiénes nos den techo, pan y un uniforme de esclavo.
Yo pensé, ingenuo de mi, que ante tanto castigo y sufrimiento, todo aquel que se tuviera por persona y como trabajador, iba a dar la adecuada respuesta democrática en Andalucía, y que iban a emitir un voto maduro, meditado, sopesado y lleno de sentido común; pero no fue así,... los andaluces votaron al partido bicéfalo; solo que esta vez le tocó a la cabeza roja, en vez de a la azul.
Parecemos no entender que al esclavo poco le ha de importar el color del amo; mientras que a éstos,... les basta con que seamos delatados por nuestra mentalidad de esclavos. ¡Me engañaron!; pensé que los sufridos ciudadanos andaluces se lo iban a hacer pagar caro en las urnas, después de tanto sufrimiento, después de haber sido tratados como baratos e insignificantes. ha faltado gallardía, la valentía de probar otras opciones, igual de políticas e igual de demócratas. La falta de gallardía y la desidia; de apellido, ... absentismo, han condenado nuevamente a que Andalucía sea bicéfala.
¡Mentira!, lo barato no siempre sale caro, seguimos siendo rojos o azules. Ante las urnas, estamos perdiendo la maravillosa oportunidad de que sea el propio pueblo el que escriba una nueva redacción para una verdadera y auténtica Transición: la del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
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