No eres invencible,
ni tan siquiera, intocable ...
El enemigo interno aguarda su momento,
como una paciente quinta columna;
como un gusano, un virus que te comerá
desde dentro.
Entre tus filas, con el tiempo, a varios
"Sir Percy Blakeney" descubrirás y llegarás
a entender que las aparentes e inofensivas
"Pimpinelas Escarlata",... No lo son tanto.
El miedo se irá adueñando de los tuyos,
tus interesados lugartenientes te irán abandonando.
No escaparás de la justa ira de los oprimidos;
tu tienes el poder, nosotros el tiempo y el cuando.
Cuando te hayas ido,... ¡Porque te irás!,
bailaremos sobre la intoxicada tierra que cobije
tus inmundos restos; las adelfas serán las reinas
de tan ignominioso lugar, en señal clara de lugar
poco aconsejable. Por último,...
No descansaremos hasta que el tiempo,
se olvide de ti.
.
Qué falta de inteligencia, despreciar e ignorar al supuesto ríval débil. Sólo con pensar en un simple virus y sus efectos devastadores, sería suficiente para llegar a otras conclusiones.
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